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A través de nueve relatos, el autor nos invita a un paseo por lo que él sugiere denominar “amores blancos”: aquéllos que no implican pareja y que pueden desarrollarse serenamente sin colisionar con ella, incluso enriqueciéndola. Como Temes escribe en el Prólogo, Al pisar tu jardín es “una defensa de un mundo de amores blancos cotidianos, que nos esperan a la vuelta de la esquina, y a los que tantas veces decimos “no”, argumentando razones cuando menos discutibles”.

José Luis Temes: Al pisar tu jardín

Fragmento de "Al pisar tu jardín"

"La relación sexual entre dos seres humanos es todo un acto de generosidad, porque en ella descubrimos “al otro” y le hacemos partícipe de “nuestro yo”. El que esta generosidad deba limitarse a una sola persona, de manera excluyente, a lo largo de toda una vida, puede formar parte de nuestra tradición y nuestra cultura, y debe ser respetado como tal, pero no creo que en modo alguno sea una verdad inmutable".


(Fragmento de la carta del obispo Don Crispín al padre Antonio, del relato "Más sobre Don Crispín"; pág. 79)

Tu jardín, de nuevo

domingo, 30 de marzo de 2014

Vivir las historias de amor

Las historias de amor maravillosas se nos presentan a todos mil veces en nuestras vidas, hombres o mujeres, jóvenes o viejos, emparejados o solteros… Y tenemos dos opciones: o decir que sí y vivirlas… o esperar a quedarnos agilipollados, viéndolas en el cine o leyéndoselas a Temes.


(Anónimo)

sábado, 29 de marzo de 2014

Aspire a amar sin entregar a cambio su libertad

A muchos les parecerá una utopía, pero no lo es. La receta es sencilla, como si de un comercial se tratara: «Cuando busque usted pareja no se venda tan barato, aspire a amar sin entregar a cambio su libertad. Y si no, luego no se lamente, que aquí no hay servicio postventa.»

(Hugo. Valladolid)

viernes, 28 de marzo de 2014

Ramillete de sueños

He leído tu libro, siempre con la cabeza apoyada en la almohada, preparándome para terminar el día, relajada y en paz;  he saboreado y también escuchado, todas y cada una de sus páginas, tres hoy,  dos ayer, otras mañana, dilatando en el tiempo la llegada de la última página de tu ramillete de sueños , pero... llego el final ¡¡¡ Gracias por poner color (Blanco) al adverbio «SÍ», y a las sonrisas...
(Una lectora. Madrid.)